sábado, 7 de febrero de 2009

Obama y Hacienda: ¿El primer gran error?

Este blog está inspirado por el patriotismo de la constitución. Ésta es una idea de Habermas que cada día me parece más profunda y adecuada a nuestro tiempo felizmente incrédulo. Invocar ahora el patrotismo de la constitución es pertinente porque en lo que sigue vamos a defender una política de gran severidad fiscal. Pagar impuestos no nos gusta a nadie pero pagar impuestos es el acto patriótico por excelencia. Todos los que escuchamos aquellas excelentes charlas televisadas de Josep Borrell cuando era Secretario de Estado de Hacienda aprendimos a pagar impuestos no sólo por deber -que es nuestro deber de ciudadanos-, sino a hacerlo con un cierto grado de satisfacción gruñona. Todos pagamos impuestos à contre coeur y consideramos que la evasión fiscal es un serio delito y además un escándalo porque pagar impuestos honestamente es dar un buen ejemplo. Cada cual paga lo que puede de acuerdo con un canon (odioso) y contribuye de esa manera a sostener el estado en el que ha elegido vivir. Pagar impuestos nos da derechos a todos a exigir a nuestros gobernantes la máxima honestidad y rigor en todos los asuntos.
Todo esto que es obvio viene a cuento ahora de lo que está empezando a considerarse el primer gran error de Obama. A saber: tres políticos estadounidenses de primera fila elegidos especialmente por Obama para formar parte de su Gabinete han tenido que presentar su dimisión por ligerezas a la hora de pagar sus impuestos. Obama se ha disculpado expresamente el martes pasado en todas las televisiones diciendo: "Cometí un error, me equivoqué y asumo la plena responsabilidad por ello". Antonio Caño, corresponsal de El País en Washington comenta escuetamente: "Hacía años que no se escuchaba algo así en el Despacho Oval". Hay pocas cosas que me gusten más que ver a un político de primera fila reconociendo públicamente un error.
Y ahora una nota personal sobre el pagar a Hacienda. Yo mismo acabo de pagar a Hacienda una importante cantidad. Los bloggeros curiosos tendrán que conformarse con esta sosa afirmación. E incluso mi bloggero mayor, Prometeo Memorioso, tendrán que conformarse con saber que la cantidad, que no pagué por error en 2006 (mi Premio Planeta), he tenido que pagarla en 2009 con una multa de 10.000 euros. Tanto entonces como ahora mi voluntad de pagar mis impuestos era clara y pura. Pero me informé mal y ahora me han jodido. El asunto es que yo he aceptado la justicia de la multa y la oportunidad de pagar a Hacienda lo que debo si relamente lo debo. También lo han hecho los políticos seleccionados por Obama . Pero en su caso ni siquiera un error o un olvido puede perdonarse. Un cargo público tiene que ser fiscalmente transparente. ¿Cometió Obama un error al seleccionarles? A mí me parece un error explicable por el que ha tenido que pedir excusas. Es hora ya pues de cerrar el asunto.

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